En España, el 85% del territorio representa el medio rural. Sin embargo, solamente el 20% vive en él
Según la plataforma #EspañaVaciada, se entiende por España Vaciada esos territorios que han venido perdiendo progresivamente población, desde mediados del siglo XX y continuado en el XXI, afectados por políticas económicas y estructurales que han facilitado el desequilibrio territorial, la concentración de la población en grandes urbes y determinadas áreas geográficas y han provocado el declive de dichos territorios perdiendo masivamente personas, servicios, infraestructuras y oportunidades labora
El problema de despoblación en España surgió como consecuencia del proceso de industralización, el cual tuvo lugar entre la década de los 50 y los 60. Los territorios que se vieron más afectados fueron los del centro y lateral oeste del país, territorios caracterizados por tener un medio urbano en el que se encuentra el grueso de la población y por la existencia de múltiples municipios dispersos y en los que la población no supera las 20 personas.
Este abandono rural ha ido creciendo progresivamente en los últimos años, lo que ha acentuado, todavía más, las diferencias entre el medio rural y el medio urbano. El resultado ha sido un gran impacto sobre la vida de aquellas personas que continúan viviendo en los pueblos. La falta de bienes básicos, de una buena red de comunicación y de oportunidades laborales, convierten la vida en el medio rural una opción inpensable para la gente joven. Su consecuencia directa es la existencia de una población envejecida y pueblos en los que el relevo generacional no existe, lo que lleva inevitablemente al abandono y desaparición de estos pueblos.
El principal problema al que hace frente la despoblación rural es la falta de una legislación efectiva y acorde a las demandas de estos territorios. Muchas de las medidas adoptadas desde la administración no estudian con exactitud las necesidades de la población que viven en estos territorios, por ello varias asociaciones, plataformas ciudadanas e, incluso, partidos políticos, denuncian la situación precaria en la que viven estas zonas y el desinterés por parte de la administración.
El mundo rural puede ofrecer otras alternativas a la masificación de las grandes ciudades . Si las administraciones invirtieran en estos pueblos para que resultasen más atractivos para vivir, posiblemente muchas personas se animarían a desarrollar su vida en ellos.